jueves, 6 de junio de 2013

Metas Financieras

Una meta es un propósito, una finalidad. El propósito de nuestra vida puede ser el aprendizaje, la felicidad, la realización o el éxito. Cada persona entiende estos conceptos de manera diferente, sin embargo, establecer cómo alcanzar esas metas es un ejercicio personal de introspección, control y aprendizaje de lo que nos rodea.
Las metas se cumplen cuando uno o varios objetivos se realizan en un tiempo determinado, aplicando los recursos necesarios de manera oportuna, de tal forma que se haya planeado y cumplido eficazmente un programa.


Nuestras finanzas personales son una herramienta o un medio para alcanzar esa plenitud, por lo tanto deben tener a su vez objetivos bien definidos, que nos ayuden a acercarnos cada vez más a la meta principal de nuestra vida económica, que puede ser la independencia financiera, un peldaño más arriba de la estabilidad económica. Para alcanzarla debe trazarse y seguirse un plan que sirva de escalera para lograrlo.

¿Qué es una meta financiera?

Aquel objetivo al cual destinamos nuestros esfuerzos laborales y patrimoniales es una meta financiera. Las opciones son variadas y pueden ir desde pensar en la educación universitaria, una casa propia, un viaje o alcanzar un retiro cómodo y digno.
Para realizar nuestro programa a seguir y alcanzar esta meta, deben tenerse en cuenta los medios que aplicaremos para obtener nuestros fines. Puede suceder que nuestra primera meta nos permita plantearnos otras más adelante, como el ahorro inicial para invertir en divisas, metales o valores y posteriormente en algo tan sólido y arraigado como los inmuebles; y asegurarse una ganancia continua.
El secreto es crearse una disciplina, no sólo para hacerse de buenos hábitos financieros como el ahorro que genere excedentes para inversión, sino concretar un plan, proyectar las acciones del mismo y alcanzar nuestra meta. Dependerá de cada persona que ésta planeación culmine eficazmente, reconociéndose como los únicos responsables de alcanzar el propio bienestar financiero, además de eliminar los pretextos y los miedos a incrementar y asegurar nuestro patrimonio.

Ahorrar, invertir y crecer

El camino de las inversiones necesita estudiarse y evaluarse con la seriedad que el tema merece, lo primero es adquirir el conocimiento financiero y aprender y aceptar de los errores cometidos durante este aprendizaje.

Inversiones Inteligentes

Las estrategias de inversión deben balancearse en dos conceptos básicos: el tiempo de consecución de las metas y el modo y capacidad de aportación de recursos. Así mismo, en el mundo de las inversiones existe un principio que determina que a mayor rendimiento mayor riesgo, a menor riesgo menor rendimiento de la inversión.
Combinando el tiempo que tiene para lograr sus metas, su capacidad de aportación y la necesidad de generar rendimientos, nos expondrá lo menos posible al riesgo que deberá correr.

Buscando la libertad financiera

Para alcanzar la libertad financiera antes que otra cosa es necesario disponer de un ahorro importante, que le permita contar con los recursos suficientes para generar un sistema que permita vivir sin preocuparse por generar ingresos.
Con ella se alcanza una mejora en la calidad de vida, gracias a la libertad de tiempo, por no necesitar de una constante búsqueda de ingresos. También mejoran las situaciones familiares e interpersonales a niveles nunca antes vividos.
Este sistema puede consistir en una de tres maneras:
  • Con un seguro dotal, que brinde rentas vitalicias suficientes. 
  • Por medio de un portafolio de inversión que genere suficientes rendimientos como para ser un proveedor inagotable de recursos.
  • Teniendo una o más organizaciones que generen suficientes ganancias como para que usted pueda obtener la libertad financiera.
Cada una de estas tres estrategias tiene sus ventajas y desventajas. Por ejemplo, poner un negocio es mucho más rápido y económico que comprar un seguro con rentas vitalicias, aunque el riesgo inherente a un negocio es mucho mayor que el de un esquema basado en seguros.

Espejismos en la meta

El principal problema de la gente que no ahorra, aparte de la falta de disciplina, es la falta de un objetivo por cumplir, de tal manera que si usted se propone ahorrar, pero no define por anticipado en qué aplicará este dinero, caerá en un círculo vicioso, donde ahorra una cantidad más o menos sustanciosa para después irla gastando, sin saber a ciencia cierta en qué, o pensando que luego podrá reponerla.
El problema seguirá siendo el mismo, usted se mantendrá sin el ahorro que le permita afrontar los escenarios financieros que tiene por delante: La inversión universitaria, la generación de un patrimonio para vivir con solvencia en el retiro, o simplemente tener un margen para resolver "los momentos de emergencia financiera" como puede ser el caso de una pérdida de empleo o un revés en los negocios, entre otros.
Así que la mejor manera de llevar una disciplina de ahorro saludable consiste en definir claramente cuál será su meta para cada ahorro y plan de inversión que haga. Estas serán las guías que lo llevarán a otros escenarios y a más metas por cumplir.
Consultar con un asesor le ayudará a organizar sus finanzas para obtener todos sus objetivos de una manera más tranquila y organizada y le permitirá dimensionar sus escenarios financieros actuales, a mediano y largo plazo; cuantificar y preparar el capital para enfrentar posibles gastos predecibles del futuro y elegir las mejores herramientas a su alcance para satisfacer sus metas financieras, así como a desarrollar programas y planes de inversión a su medida para garantizar la realización de sus necesidades y sueños.

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